Materiales complementarios: Al combinar la alta resistencia del acero con las propiedades ligeras y resistentes a la corrosión del aluminio, el soporte ofrece una gran capacidad de carga y una larga vida útil. Optimización de costes: El acero se utiliza en las zonas clave de soporte de carga, mientras que el aluminio se utiliza en las zonas sin soporte de carga, lo que garantiza la seguridad estructural al tiempo que reduce los costes generales de los materiales. Amplia adaptabilidad ambiental: El soporte se puede utilizar en áreas con alta humedad, alta salinidad (como las zonas costeras) o fuertes nevadas, requiriendo un mantenimiento mínimo.
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